jueves, 1 de noviembre de 2012

Noche sin estrellas.

Parece que va a llover. O tronar. O las dos cosas a la vez.
Pero al mal tiempo, buena cara. O la mejor que pueda poner.
Se supone que estoy escribiendo en Word un examen de Sociales para 
ponerme a mi misma, para practicar. Ya que, el examen es el jueves 8.
Parece complicado, pero quizá no lo sea. Quién sabe. La profe. Sólo ella.

Cambiando un poco de tema. Tengo miedo de que esta noche, sea una noche sin estrellas,una noche oscura.
Odio la oscuridad. Amo las estrellas. Blancas como la nieve. Puntitos luminosos, brillando en la inmensidad
que es el espacio. Me da miedo, sentirme tan diminuta entre el mundo tan grande.

Duro es saber que estás enamorada pero no saber exactamente de quién. 
Carlos, Lucas, Marcos o David. 
¿Cómo se sabe cuando estás enamorada de verdad de alguien? En este momento,me vendría genial saberlo.
De perlas. Como las estrellas. 
Sufrir. Ya es una palabra producida cada día en mi rutina. Pero muchas veces, acompañada de la felicidad
de mis amigos, de sus sonrisas, de las mías, falsas. De las mías, verdaderas. 
A veces, aparento felicidad, que no tengo. Felicidad que dejo olvidada en mi recuerdo. 
¡Tiempos felices! Dice mi abuela a veces. ¡Tiempos bonitos! Dice cuando se aburre.
Puede que tenga verdad. En algún momento u otro, he sido feliz. ¡Y cuántas veces!
No sé de quién estoy enamorada. Cuatro nombres. Quizás un destino. Otro sufrimiento. ¿Quién sabe? Nadie.


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